En el nombre de Jesús nos reunimos.
Empezamos por la oración comunitaria tras los saludos llenos de alegría por volvernos a encontrar y habiendo ya dispuesto todo para el momento del almuerzo.Domingo nos presentó una reflexión, una oración que proclamamos juntos y un fragmento del Evangelio (Jn. 15, 16-17) que aunque cortito y sencillo claramente nos invitaba a la confianza plena en Aquél que nos eligió a nosotros -es decir, la iniciativa partió de Él- aún a pesar de todas nuestras limitaciones pero que al mismo tiempo nos anima a dar fruto y un fruto que permanezca, en y desde la actitud del amor a la que estamos llamados para empapar de él la existencia entera.