Dios siempre
está dispuesto a cancelar toda deuda, a olvidar a renovar. Para educarnos en el
perdón debemos constantemente recordarlo.
Por:
Mayra Novelo
La
palabra misericordia tiene su origen en dos palabras del latín: miserere, que
significa tener compasión, y cor, que significa corazón. Ser misericordioso es
tener un corazón compasivo. La misericordia, junto con el gozo y la paz, son
efectos del perdón; es decir, del amor.
Un
palpable ejemplo de este tipo de amor misericordioso es el de Dios que siempre
está dispuesto a cancelar toda deuda, a olvidar a renovar. Para educarnos en el
perdón debemos constantemente recordarlo.