domingo, 2 de marzo de 2025

ACTA Reunión del 24-II-2025

Reunidos en la Parroquia de La Candelaria a las 19'45 h. desarrollamos el guión previsto:

1.- Oración.

  • Lectura de Ex. 3,3-11
  • Nuestro hermano Domingo nos animó a pensar en "lo que el Señor espera de nosotros" y en "quienes somos, tomar consciencia de nuestra misión".
2.- Tema de formación: RELACIÓN DE AYUDA.

El 21 de enero de 2006 en los locales del Colegio Hispno-Británico llevamos a cabo una jornada dedicada a trabajar este tema y de él presentamos este resumen:

2.1.- ¿Qué es "Relación de Ayuda"?: Según Carl Rogers "R.A. es aquélla que intenta hacer surgir una mejor apreciación y expresión de los recursos latentes del individuo y un uso más racional de los mismos".
Consistirá pues en establecer mediante recursos materiales, técnicos y relacionales una relación terapéutica con el ayudado de manera que éste pueda afrontar los problemas o situaciones problemáticas lo más sanamente posible, creciendo en todo momento siendo cada vez más autónomo en ese proceso.

Realizamos nuestro compromiso voluntario con personas que experimentan inseguridad, miedo, ansiedad, sentimiento de culpa, rabia, soledad, aislamiento, debilidad, vulnerabilidad,... SUFRIMIENTO.
Necesitamos no perder nunca de vista ese mundo interior que viven las personas encarceladas.

2.2.- ¿Qué esperan del voluntariado?.
  1. Comprensión. Ya recibieron una sentencia, ya han sido juzgados,... no necesitan más juicios.
  2. Empatía. Meterse en su piel para poder entender su sufrimiento... pero sin que nos arrastre, y quedemos sin posibilidad de ayudar.
  3. Que examine con él sus dificultades. Y tratar de descubrir maneras de superarlas.
  4. Les ayude a buscar nuevos caminos. Evitando errores del pasado.
2.3.- Estilos de Relación de Ayuda.

La R.A. puede variar según:

A)- La disposición del ayudante:
  1. R.A. DIRECTIVA: Cuando se confía poco en las potencialidades del ayudado; se dan consejos, se formulan frases que empiezan por: "Deberías..., tendrías que..., creo que te conviene..., lo que yo haría..., ".
  2. R.A. FACILITADORA: Da pistas, no da consejos; orienta, informa, propone,... no impone ni condiciona. Utiliza frases que suelen empezar por: "¿Has pensado...?, ¿qué crees que ocurriría si...?, ¿qué te parece si...?, ¿qué habría que hacer en este caso según tu opinión?,...".

B)- El uso que el ayudante haga de su poder:

  1. R.A. CENTRADA EN EL PROBLEMA: Nuestro objeto del diálogo es la situación concreta: el problema; a menudo, inconscientemente, tratamos de resolver cuanto antes su problema y así nos lo quitamos de encima enseguida. Utiliza frases tales como: "No te apures, eso no tiene importancia..., no sufras que no es para tanto..., venga, dime cuál es el problema..., ¿qué quieres que haga yo...?,...".
  2. R.A. CENTRADA EN LA PERSONA: En ella nos interesa saber cómo lo vive la persona y qué significa eso para ella: tenemos muy en cuenta su estado emotivo y lo respetamos profundamente. Emplea construcciones como: "Por lo que expresas veo que es algo muy fuerte para ti..., ¿cómo te sientes cuando pasa eso...?,...".

Y por lo tanto se podrán descubrir varios estilos:
  1. ESTILO AUTORITARIO ("Mánager"): Cuando el ayudante se centra en el problema del ayudado y quiere ayudarle a resolverlo de manera directiva; se centra más en sus propios recursos que en los del interlocutor; se establece una relación de dominio-sumisión. A la persona ayudada sólo le queda ejecutar el plan diseñado por el ayudante. Frases típicas: "Mira, déjate de monsergas, tú escúchame a mí:....;¿entendido?... ¿Lo ves?, ya te lo decía yo; tienes que....". ...
  2. ESTILO DEMOCRÁTICO-COOPERATIVO: Aunque el ayudante se centra en el problema, su actitud es facilitadora: tiende a implicar a la persona ayudada en la solución del problema. En lugar de imponer las soluciones , las propone, acompañando al interlocutor a encontrar alternativas válidas y animándole a usar sus propios recursos para hallar ese fin. Construcciones típicas: "Ante el problema que expones tú encuentras una solución, pero habría que ver si es la única, ¿qué te parece?,... Me gustaría profundizar en este tema de manera que puedas encontrar la mejor solución para ti".
  3. ESTILO PATERNALISTA ("Misionero"): El ayudante se centra en la persona, tiene en cuenta "cómo vive" el interlocutor el problema, pero su intervención es directiva y eso toma varias formas:
    1. Considerar al otro bajo su protección, asumiendo la responsabilidad de la situación que él vive.
    2. Puede haber un acercamiento al ayudado, pero no se confía en él y se trabaja para "salvarle" como sea. En este caso y el anterior se demuestra sobre todo una atención a "lo que yo querría que tú fueras".  Frases típicas: "Veo que estás viviendo un momento difícil, pero tú confía en mí y... ¡Venga, hombre!, no es para desanimarse tanto, ya verás que te hago salir de este túnel...".
  4. ESTILO EMPÁTICO-PARTICIPATIVO: El ayudante se centra en la persona y sus intervenciones se inspiran en la actitud facilitadora. Atento a la experiencia del interlocutor, se esfuerza en que éste tome conciencia de sus dificultades (le ayuda a profundizar en el conocimiento de sí mismo) y de sus recursos, considerando la valoración cognitiva y afectiva que la persona hace de lo que le pasa, acompañándole en la identificación de lo que quiere y cree que debe hacer en relación a lo que puede. Tiene a "reformular" los sentimientos que el ayudado expresa, de esa forma facilita el seguir centrándose en la persona, ésta se sentirá comprendida y caminará hacia la autoexploración y posible solución de la situación de conflicto o de crisis. Ejemplo: " A la expresión: 'Me parece que la vida no tiene sentido' se podría responder: "El momento que estás viviendo es tan difícil que te preguntas incluso si vale la pena seguir viviendo en esta situación". ...

Puede decirse que es el ESTILO EMPÁTICO-PARTICIPATIVO el que debería constituir el fondo del ser del ayudante, pero en realidad todos los estilos pueden tener su lugar en la R.A. al que sufre, si se saben usar con flexibilidad y teniendo en cuenta los distintos elementos de la situación concreta.

Lo que hay que tener en cuenta siempre, y muy claro, es que "utilicemos lo que utilicemos que sepamos POR QUÉ, PARA QUÉ y QUÉ PRETENDEMOS en el fondo". Nuestro objetivo es lograr la plena autonomía de la persona en la resolución de sus situaciones.


2.4.- ¿Qué es la "aceptación incondicional"?.

“Es aceptar sin condiciones el pasado, presente y futuro de la persona, con su modo de expresarse y de vivir, sin reservas y sin emitir juicios de valor. Sentirse aceptado es una necesidad experimentada por todos en cualquier relación interpersonal.

La “aceptación incondicional” o “consideración positiva” se despliega en cuatro direcciones:

  1. ACOGER DE VERDAD. La aceptación incondicional implica una acogida del mundo de los sentimientos; sólo así será atendida la persona en su globalidad y se la podrá acompañar a hacer con ellos un proceso en el que podrán ser encauzados, integrados, de modo que no sean ellos los que rijan a la persona sino que ella aproveche su energía y pueda afrontar así mejor sus dificultades. Esto implica que no limitemos ni impidamos la expresión de estos sentimientos: “No llores, no es para tanto, no estés tan triste, no tengas miedo,...” son una serie de expresiones que lejos de ayudar lo que pueden provocar es sentimientos de culpa y vergüenza de sí mismos y con toda seguridad que “el ayudado se sienta incomprendido e imposibilitado para volver a plantear ciertos asuntos con nosotros”.
  2. SANAR DESDE EL CARIÑO. Una herida no cura hurgando constantemente en ella. Obviamente toda herida necesita primero limpieza y luego aplicar la cura. En las relaciones humanas la limpieza consistirá en analizar las causas de un problema y en idear la forma adecuada de responder y tomar decisiones sabias pero ya una vez hecho esto se trata de poner el empeño en encaminarnos hacia lo que queremos, lo que nos hará bien, no en estar machacando lo que hicimos mal.
  3. NO JUZGAR A LA PERSONA. Implica suspender -por parte del ayudante- todos aquellos sentimientos, actitudes, y juicios nocivos para toda relación significativa con el ayudado. Se considera al ayudado digno de un respeto sagrado, por encima de sus comportamientos, aunque no nos parezcan válidos o correctos (eso no significa que aprobemos cualquier tipo de conducta, pero nos abstendremos de expresar ese juicio). Se traduce en: Evitar dar órdenes o directrices; moralizar, dar consejos y formular soluciones hechas; poner en ridículo o ironizar sobre lo que el ayudado expresa; utilizar etiquetas, emitir veredictos sobre la persona y sus comportamientos;... Beneficios de mantener esta actitud son:
    • La persona ayudada se siente en una atmósfera de seguridad y aprende a ser él mismo sin disimulos ni disfraces, puesto que se le respeta y se le valora con independencia de lo que haga o diga.
    • Quien se siente aceptado incondicionalmente camina hacia la autoaceptación, entra al fondo de sí mismo y acaba por entablar una relación consigo mismo y con los demás mucho más sana.
  4. CREER EN ÉL. Se trata de que el ayudante descubra al ayudado como valioso, perciba sus potencialidades y deposite en él una fe incondicional, cualquiera que sea su estado actual; fiarse de él, de su capacidad de poner en marcha sus recursos, de desear el bien y de decidir en consecuencia. El ayudante promoverá al máximo la libertad y la responsabilidad del ayudado a la hora de tomar decisiones; estimular activamente la tarea del ayudado y a que éste se clarifique interiormente y tome decisiones constructivas. Por otra parte, eso no impide que el ayudante vea los límites y dificultades es entonces cuando podrá proponer la utilización de “recursos externos” o la directividad o suplencia (pero sólo en caso de que ni el ayudado ni el ayudante perciban potencialidad alguna).
2.5.- ¿Cómo se refuerza la aceptación incondicional?.
  1. Llamando a la persona por su nombre, valorando su dignidad única.
  2. Animándole a poner en marcha su voluntad y esfuerzo.
  3. Resaltando y potenciando las fortalezas, habilidades y cualidades del ayudado.
  4. Mostrando nosotros autenticidad y coherencia.
  5. Practicando la escucha activa.
  6. Usar en nuestra comunicación siempre un tono amable, agradable.
  7. Mostrando interés por sus intereses.
  8. Aceptarle incondicionalmente, tal como es.
2.6.- ¿Cuáles pueden ser las dificultades en esta R.A.?.
  1. Dudar de las capacidades del ayudado.
  2. No respetar sus decisiones y tratar de imponerle nuestra perspectiva.
  3. Tener escalas de valores diferentes puede dificultar el entendimiento en esta R.A.
  4. Experiencias negativas.
  5. Paternalismo del ayudante, tratando de "facilitar" tanto las cosas que suplimos su responsabilidad.
  6. La forma de confrontar, especialmente cuando tendemos a juzgar y no ser propositivos sino impositivos.
  7. Falta de escucha y verdadera atención al ayudado.
  8. Falta de coherencia y autenticidad por nuestra parte.
*Para ampliar y profundizar en este tema sugerimos entrar en los siguientes enlaces que nos llevarán a los contenkdos que en su día se trabajaron en aquella dinámica formativa del 21/01/2006:
3.- Otras cuestiones.

3.1.- Visita de la Virgen de Candelaria.
  • Fue aprobada esta visita y se llevará a cabo en las calles interiores de Tenerife-II.
  • Todos los módulos podrán salir y presentarse ante la imagen de la Virgen de Candelaria.
3.2.- Taller de Electricidad.
  • Empieza el nuevo ciclo el 10 de marzo.
3.3.- Festival de carnaval.
  • Lo organiza Hildamar.
PRÓXIMA REUNIÓN:
  • Lunes 17 de marzo a las 19'45 h.
  • En la Parroquia de La Candelaria (La Cuesta).

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