viernes, 1 de febrero de 2013

Madre


A mi espalda se cierra una última puerta. Observo de derecha a izquierda, a cámara lenta, lo que a partir de ahora va a ser mi hábitat. Avanzo y me instalo en lo que dicen que es mi nueva habitación.
Transcurren los días y te acostumbras a las normas, el ritmo del día a día, a la gente, a callar,… cada mañana es mi hija la que me da ánimos, con su presencia, de seguir adelante. Una mirada suya me transmite fuerza para superar los inconvenientes que aparecen en mi vida. Juntas disfrutamos de la convivencia. Mi objetivo principal es, estemos donde estemos, hacerla feliz.
En uno de nuestros paseos escucho que me llaman y me informan que era para participar en un nuevo curso dedicado a la función de una madre. Personalmente me dio mucha alegría porque era el primer curso en el que me permitían estar junto a mi hija, y así, el primero al que podía acudir. Tan solo el cómo lo habían titulado ya me fascinaba.
Comenzó el curso y en un principio pensé que iba a ser algo más simple, incluso que sólo se basaría en explicar cuáles son las pautas que debe seguir una madre para con sus hijos. Pero el curso fue avanzando y descubrí, como en todo libro de autoayuda que leo, que sigo planteándome episodios de mi vida. Cada clase me hace indagar en mis orígenes y profundizar en cada una de mis vivencias. En esos porqués que un día, cansada de no hallar la respuesta, dejé de preguntarme.
Aflora en mí ese gran temor de exponer etapas de mi vida en la que principalmente es protagonista el dolor. Pero tanto Lydia como Palmira me aportan confianza, así que me es más fácil explicar mis ideas, mis conclusiones en definitiva, el resultado de un aprendizaje que he obtenido de mi vida hasta ahora.
El curso para mí es como esa terapia psicológica a la que tantas veces he pensado ir. Tan solo por el deseo de superar este miedo y dolor que llevo anclado en mi interior.
Por eso aprovecho la ocasión para darle las gracias a las dos, porque con la elaboración de sus clases me están ayudando a comprender algunos porqués que tanto me atormentaban.
Como todos los problemas, hay que buscar la raíz de los motivos, y justamente eso es lo que nos están enseñando a entender con este proyecto.
El ser madres juega un papel muy importante en nuestras vidas y por eso no basta con explicarlo como si de un índice se tratase. Este curso me ayuda a analizar objetivamente cada paso que comenzamos a dar desde el nacimiento, el mío propio y el de mis progenitores.
El ser madre es el segundo mejor acontecimiento que estoy disfrutando en mi vida. El primero es, y fue, haber tenido la madre que tuve, ahora descansa con los ángeles.
El haber disfrutado de mi madre y ser madre es lo que me ha colmado de felicidad. Por eso no puedo evitar emocionarme e ilusionarme cuando escucho la palabra MADRE.
Ahora entenderéis porqué me encanta este curso.
Por todo ello…simplemente…GRACIAS.
Yurena R. F.

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